Intolerancia al gluten y la Celiaquía
Esto lo saqué del libro:
Comer bien para vivir mejor – de Henri Joyeux. y me gustó tanto como para compartir

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Cada vez son más numerosas las familias en las que se dan las alergias, intolerancias al gluten, hasta tal punto que el pan tiene desaparecer de las mesas de nuestros hogares y su lugar lo ocupan alternativas más o menos beneficiosas para nuestra salud.
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El gluten parece estar detrás no sólo de la enfermedad celíaca sino también de muchas dolencias autoinmunes: desde el reuma, hasta el alzheimer, según la predisposición genética de cada persona. Sin embargo se ha comprobado que más que de alergias, se trata de intolerancias y que lo habitual es que tengan una causa más bien epigenética, relacionada concretamente con la modificación de las variedades de trigo como consecuencia de la uniformización que ha reducido la biodiversidad al mínimo. El gluten es la masa proteica que queda después de extraer el almidón de trigo, y el pan se amasa con agua salada y se tamizan sus componentes no solubles entre ellos, el gluten se retiene.
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El organismo humano es especialmente sensible a las gliadinas, sobre todo en el área de absorción digestiva del intestino delgado. Con una superficie de 250 metros cuadrados, por una longitud media entre 4 y 7 metros, cualquier lesión en la pared del intestino, supone que las moléculas que suelen estar presentes en los desechos la atraviesan y pasan al resto del organismo. Además se produce una absorción intestinal deficiente, lo que desemboca en diarrea, fatiga, dolores en el abdomen, pérdida de peso, anemia. Más allá de los problemas de salud que dificultan la vida cotidiana, la intolerancia gluten está haciendo que un número creciente de personas se reúnan en asociaciones para organizar talleres de formación destinados a niños de edades cada vez más tempranas.
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La enfermedad celíaca, con una prevalencia de entre 1 a 100, y uno entre mil en Europa, y picos de frecuencia entre los 6 meses y los 2 años de edad, así como los 20 y los 40 años afecta el doble o el triple de mujeres que a hombres. A largo plazo esta dolencia está asociada con mayor riesgo de sufrir linfoma intestinal, problemas del sistema inmunitario del intestino, cáncer en el intestino delgado y otros tipos de cáncer.
Es probable que la intolerancia al gluten también esté ligada numerosas patologías que pasan más o menos desapercibidas, dado que sus causas no son en registrarse en los historiales médicos; entre las primeras consecuencias de las alergias o intolerancias al gluten existen 14 signos o síntomas que vale la pena tener muy presentes:
- Diarrea frecuentes y con mal olor de las heces
- Astenia y fatiga permanente
- Alteraciones de la personalidad
- Pérdida de varios kilos
- Anorexia o pérdida del apetito
- Dolores abdominales más o menos difusos
- Hinchazón abdominal y flatulencia
- Gases abundantes
- Náuseas que pueden acabar en vómitos
- Tetania o espasmofilia
- Dolor en los huesos
- Inflamación en la lengua
- Aftas en la boca
- Una anemia más o menos grave
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Se calcula que aproximadamente una persona de entre 100 y 300 podría sufrir intolerancia al gluten, una enfermedad que no obstante parece ser menos frecuente entre los individuos de origen asiático africano que consumen otros cereales.